miércoles, 14 de abril de 2010

PARECE QUE ES ALGO PATOLÓGICO… DIAGNÓSTICO: CON LA CABEZA LLENA DE “MOCKUS"...

Se vende un país portátil / Con su autoestima en el suelo / Con un enorme complejo / Que lo hace antinacional. / Es un lugar sin memoria / Donde ya nada sorprende / Ni ver crimen indultado / O a un charlatán presidente. (Rubén Blades, País Portátil)

Es aterrador, como siempre, el poder de los medios de comunicación, esta vez alrededor de las campañas presidenciales. Creo que somos muchos los que estamos hartos de escuchar que estas elecciones presidenciales cuentan con los mejores candidatxs habidos y por haber; claro, siempre hay unxs inconformes, en este caso todxs aquellxs que se tienen que morder la lengua ante el fallo de la Corte Constitucional que impidió que Uribe y sus secuaces se salieran con la suya y fuera presidente por tercera vez.

Sin embargo, aunque glorioso y uribista “estado de opinión” fue derrotado, aún queda otro engendro sobre el cual tienen mucho poder los medios de comunicación: “el voto de opinión”, ése sí que es un espejito como los de la conquista. No porque me oponga decididamente a que pueda existir, sino porque, como siempre, los votos en este país terminan amarrados, a los terratenientes, a los paracos, a la guerrilla, o a lo que los medios de comunicación y su arma fundamental, las encuestas, terminan induciendo.

Pero no hemos podido tener el privilegio de contar con unas elecciones en las que en primer lugar figure el debate sobre las propuestas de políticas públicas que los distintos candidatxs tienen (claro, no debates como los que los canales de televisión han realizado hasta ahora, donde lo que priman son las preguntas para reinas). Y debo decir que éstas elecciones, en particular éstas, se caracterizan por la ausencia de propuestas y, entre las razones que pueden explicar esta situación, “la que aparece punteando las encuestas” tiene nombre propio, se llama Uribe: ningún candidatx a la presidencia en esta ocasión se ha podido salir de la tutela de Uribe, ni Petro, ni Mockus+Fajardo (no lo escondamos), ni Pardo, para no hablar del malgeniado Vargas Lleras, Juan “positivo” y la señora que se viste como hombre para ir a los debates televisados, tal vez para estar en condiciones de igualdad con los “machos” (obviamente no hablo de los candidatos de los que nadie habla: Jaime Araújo -Alianza social Afrocolomiana-, Robinson Devia –Movimiento La Voz de la Conciencia- y Jaime Calderón –Apertura Liberal ¿DMG?-).

Por eso estas elecciones tienen “el tufillo” de ser unas elecciones en donde la agenda de políticas públicas ya está definida de antemano, y lo único que estaríamos haciendo sería buscarle una cara diferente a este proyecto político que ha consolidado Uribe.

Concediéndole a lxs mxs radicales que “todos son uribistas”, aún así, para godos como yo, resulta impresionante el respaldo que le han dado los medios de comunicación a la campaña del señor innombrable: Aurelijus Rutenis Antanas Mockus Šivickas (+ Fajardo, el hombre del “peluquiado” de arquero, como dice un buen columnista).

El asunto es que hay que llamar la atención sobre algo importante: NO DEJEMOS QUE LA FORMA SEA MÁS IMPORTANTE QUE LOS CONTENIDOS DE LAS CAMPAÑAS. Mockus ha sabido hacer campaña, es el único que ha centrado totalmente su campaña alrededor de la "forma" de la política, es decir: ataca el clientelismo, la corrupción, las acciones por fuera de las leyes en general, y pide que haya mucho más respeto por normas básicas de convivencia para poder tener algunas certezas en las relaciones sociales. Cosa que no es de poca monta, ya que allí reside el contenido formal de los procedimientos democráticos, y mucho menos irrelevante en este país de gobernantes por fuera de la ley.

Sin embargo, eso es no dice nada respecto de qué es lo que va hacer en términos de políticas públicas para este país si llega a ser presidente. ¿Lo han oído hablar de educación pública? Yo lo que le he escuchado (y leído en su página de internet) es hablar en claves elitistas de "innovación, ciencia y tecnología" pero ni una cosa de la platica pa’ las universidades públicas, en medio del debate que viene avanzando junto a la propuesta del gobierno nacional de reformar la Ley 30, de educación superior, de la mano de la actual Ministra de Educación, la señora Vélez, bien conocida por el ex-alcalde pues él la llevó a la Secretaría de Educación en su gobierno en Bogotá.

¿Lo han escuchado hablar del tema de salud? ¿Le parece a Mockus que la Ley 100 es buena, mala, la va a cambiar? A mí me cuesta trabajo creer que vaya a hacer cambios al sistema de compensación individual que hoy impera, en donde cada uno se asegura egoístamente su pensión, en lugar de privilegiar sistemas de compensación inter-generacionales que creen lazos sociales colectivistas, en donde el/la joven de hoy, con su trabajo, paga la pensión del/la viejx de hoy.

¿Le han escuchado hablar de cómo será el asunto de los impuestos? ¿piensa el señor Mockus jugársela decididamente por impuestos progresivos, que le pidan mayor tributación a lxs que más tienen y ganan y dejen de golpear a lxs pobres mediante el aumento del IVA? Yo no le he escuchado nada al respecto (entre otras, por diferencias a ese respecto no se ha aliado con Petro), más bien, por su trayectoria política, creo que el señor Mockus es muy amigo de sacar platica para el Estada partir de la venta de las empresas nacionales (privatización), como ya lo ha hecho en Bogotá; y mucho más amigo es de los empresarios, con lo cual no creo que vaya a haber cambios en la política de subsidio a la inversión que le cuesta anualmente al país algo más de 8 billones de pesos y es responsable en muy gran medida del aumento del desempleo, creyendo igualmente en la máxima de Uribe de que sólo es posible lograr crecimiento a costas del empobrecimiento de la mayoría de la población.

Si ya leyó hasta aquí no lo molesto más, aunque quisiera, dejo hasta aquí estas notas sueltas, pensando en es posible discernir mejor la oleada de información de los medios masivos de comunicación que direcciona el, tan ensalzado, “voto de opinión”. Obviamente que los comentarios y el garrote son bienvenidos, a ver pa’ donde avanzamos.bienvenidos, a ver pa’ donde avanzamos. Por lo pronto yo voto el Polo.

Edgar Alberto Zamora Aviles
Estudiante Ciencia Poítica
UNAL

martes, 13 de abril de 2010

PIENSO QUE SOY UN IDIOTA


esto podría sonar como un mantra, como una frase clásica y eterna... pero es cierto, eso creemos todos aquellos que contamos con los elementos suficientes para proferir un juicio de valor inmerso en el ego, de tales dimensiones, de tales repercusiones, de tal calado, de tal fuerza, de tal vaguedad, de tal amplitud: todos somos una ‘bola de tarados’, pero tenemos diferentes niveles de estupidez. bueno, con tan patético material podría dedicarme a montar un standup comedy para entretener a los seres imaginarios que caminan sobre los senderos de mi locura huyendo de mi moral recalcitrante, o mejor, podría hacerme millonario como autor de brillantes best-sellers de autodestrucción personal; si hay gente capaz de dilapidar miles en libros de deepak chopra, quien simplemente les dice como encontrar un sentido a sus decadentes existencias por medio del autoengaño, ¿por qué no darle a la gente soluciones de fondo, definitivas, eternas?

en realidad sólo un idiota diría esto, porque la gente razonable no necesita comprar un libro para autoflagelarse, todo lo que necesita es un espejo y mucha honestidad, y en su defecto un látigo y una emisora cristiana. y bueno, como si descubriese la cura para el alma, como ese pusilánime y cretino pastor post-medieval autodenominado 'padre chucho', pero sin necesidad de salir en televisión y cantar alabanzas de tarado con guitarra y maraca, les traigo algo de música para la cabeza. no se trata de música clásica, o de música de meditación trascendental con incienso y mirra, o de música de consultorio de psiquiatra (todos la conocen, no lo nieguen)... es algo más como una música cualquiera, como música abandonada, dejada en el aire para quien la quiera amar u odiar. se trata, por enésima vez, de la extinta agrupación de seatle que todo adolescente existencialista ha de tener en su botiquín:
nirvana.

una de sus canciones, oh! terrible revelación, corresponde precisamente al mantra del día de hoy, y de ayer y de mañana: se trata de
dumb, la cual, al mejor estilo de las líricas de kurt cobain, nos muestra un girón de su locura, de su lucidez, de su oscura percepción de sí mismo, de su maldita lectura de los mundos que cohabitaban en su cabeza inocentemente rebelde (genuinamente rebelde, sin ser castrista).

my heart is broke, but i have some glue, help me inhale, bring me with you, we'll float around, hanging on clouds...

aunque pareciese un tema bastante melancólico, como lo es en diversas maneras todo el trabajo musical de esta banda, o lleno de rabia psicóticamente residente entre las líneas de esta canción, lo percibo más como un himno a la aparente resignación, a la simple y pura indiferencia, al necesario y deseable abandono. la letra no permite esclarecer si es un diálogo con sí mismo, con la mujer que le atormenta incluso en sueños, o con todo aquel que le escuche, en el que intervienen como fantasmas sus lamentos y mofas, como invitados su locura y razón incipiente. Aunque puede ser igual una canción sin sentido de esas que se aferran a la memoria y empañan la sensatez. así como el tarot, pretensiosamente tejido como una red de millones de vacíos e hilos, el cual podemos adecuar a lo que cada uno de nosotros siente o percibe de su propia realidad, 'dumb' puede ser leída incluso con la mente en blanco. yo por lo menos la interpreto como un intento de poema que se recita frente a las muertas raíces del árbol familiar, mientras poco a poco se hunde la vista en el lodo sin fondo de una existencia más, perdida desde adentro.

i'm not like them, but i can pretend, the sun is gone, but i have i light, the day is done, but i having fun, i think i dumb, or maybe just happy... think i just happy...

una de las mejores versiones de
dumb, la mejor de todas, es la que hace parte esencial del magnífico mtv unplugged in new york, que póstumamente se ha constituido en uno de los más grandes aportes a la música contemporánea, si es que existen aportes significativos acaso. el cello conduce mágico y trágico, la cansada e irremediable voz que permite a kurt conectarse penosa, punzante, implacablemente con un público extasiado con sus mirada moribunda. también la suave y fatal percusión permite predecir que la clave no es la ira sino el silencio en sus breves vibraciones; y así, como migajas de pan negro dejadas en la tierra ingrata que se abandona, las flores oscuras perfumaban la imperceptible despedida de un auditorio doliente. su melodía no tiene un color definido, pero se siente el frío transcurrir de los segundos que congelan los oídos y que hacen dolorosa su audición.

the man who sold the world, tal vez la canción más recordada de aquella presentación, no contiene tantos fragmentos de intimidad como dumb, la cual retumbará para siempre en la memoria de una generación, para la cual kurt siempre estuvo muerto, aunque la presencia de su voz fue más fuerte e indeleble que su desaparición perpetua.

i think i´m dumb, i think i dumb, i think i dumb, i think i dumb, i think i dumb…

el hijo de Sancho

domingo, 11 de abril de 2010

LOS PRIMEROS DE LA FILA

“Los últimos siempre serán los primeros”, una de las tantas parábolas enseñadas en nuestra cultura católica tradicional, que significa que los mas pobres alcanzaran con mayor facilidad las riquezas del cielo, sin embargo las riquezas de la tierra serán para los primeros, quienes son las élites que pareciese que no les importase mucho su salvación y tener un espacio reservado en el cielo, pues se conforman con el basto patrimonio que ostentan y el dominio de la tierra.

En Colombia esta parábola esta bien asimilada en el pueblo, aleccionada durante años por la iglesia, que se comporta claramente como una elite, que sometido a las políticas de premiación y cuidado de los primeros, para que estos sigan invirtiendo, produciendo y ganando, para así, según el gobierno lograr la consecución de la tan difusa idea de desarrollo, ahora bien, el pueblo, el que conformamos, el camandulero y abnegado, el que peca y reza a la ves, se conforma con esperar que con la muerte llegue la riqueza del cielo negada en la tierra.

Una visión triste, mas en una época donde se han derrumbado los paradigmas que estimulaban el conformismo en la ideología de la humanidad, aun así el Estado que en teoría debería ser laico así como sus políticas, impulsa y pregona directrices eclesiásticas ligadas con la iglesia católica, tal ves lo hace para gobernar con docilidad a los creyentes que en su mayoría son pobres, o mejor los últimos de la fila, para que no esperen mucho de su Estado, para que este no se le exija que les solucione sus problemas de pobreza, vivienda, empleo, educación, salud y la consolidación de la igualdad de oportunidades, pero el Estado a través de sus instituciones si incentiva las solemnidades religiosas del catolicismo en la función publica, lejos entonces quedan los principios normativos llenos de contenido, que deberían orientar las políticas estatales, que buscan la inclusión de toda la sociedad, pues se remplazan por valores o axiomas propias de una religión particular, mientras tanto el Estado católico, que pregona el conformismo que debe tener el buen cristiano para alcanzar el cielo, si apoya a las élites, a los pudientes, a “las grandes minorías” que se encuentran exageradamente empoderadas, cuentan con el apoyo total del órgano Estatal, claro, siempre pensando en los últimos de la fila, pues los primeros al tener prebendas tributarias, flexibilización en la legislación laboral, una adecuadísima seguridad y protección de los bienes reales, subsidios para el desarrollo de las actividades económicos, los primeros de la fila velaran, de manera asistencial por los últimos, una postura política bastante utilizada y reutilizada por los distintos gobiernos que han pasado en el manejo del Estado y lo curioso es que el resultado de esta política es que los últimos siguen siendo últimos y los primeros…. Bueno más primeros. (Perdón por el exagerado pleonasmo)

Y es que, la riqueza de los más pudientes de este país ha crecido de manera astronómica, inclusive en plena crisis económica mundial, ¿pero como ocurre esto? Por que el Estado protegió mediante políticas la caída de grandes o mejor el riesgo de las caídas de los primeros, por supuesto en un intento por salvaguardar así a los últimos de la fila, curiosamente fueron los últimos los que si vivieron la crisis económica, los que tuvieron que amarrarse el cinturón, reparar en gastos y sacrificar si comían carne o transportarse a pie, los últimos de la fila sin empleo debieron conformarse con esperar meses para que con la recuperación económica se crearan vacantes que aun no se han creado.

Es importante recordar que el Estado no esta concebido simplemente para proteger a las elites, sino que en una visión moderna el estado debe resolver los problemas que agobian a la sociedad.

Alejandro Badillo Rodriguez

jueves, 8 de abril de 2010

EL VERDADERO VOTO DE OPINIÓN

En estos días donde la opinión publica se ha interesado por saber quien será el dignatario que representara a los colombianos y tome asiento en la silla de la casa de Nariño, símbolo del máximo poder político, se ha cuestionado entonces a los candidatos presidenciales sobre sus calidades e idoneidades, a su vez se ha comentado sobre su carisma frente a la gente y sobre todo por la carencia o no de oratoria, sin embargo ninguno de los medios ha intentado mostrar las posturas políticas de los candidatos, sus programas de gobierno, ni sus intereses sociales, a la fecha no se sabe por que los candidatos quieren ser presidentes, las encuestas provenientes de formulas mediáticas ( donde se le preguntan a no mas de 1000 personas sobre su intención de voto) establecen con frivolidad resultados que pretende se repitan en las elecciones de mayo.

Siendo concretos las encuestas reflejan un favoritismo por Santos representante del partido de la U heredero de de las políticas de Uribe y de los votantes que fueron liberales o conservadores, es decir que Santos es el candidato que representa el máximo transfuguismo político de la historia de Colombia, secundado por un sobre dimensionado conservatismo en cabeza de Sanin, pues aunque las votaciones que la eligieron como candidata del partido azul sumado con los votos obtenidos por su opositor la hacen de manera aparente la segunda fuerza política del País, este resultado es engañoso pues muchos de los que sufragaron por Sanin lo hicieron sin ser militantes del partido azul, ya que el voto fue contra arias, quien ha sido señalado de beneficiar a las elites con dineros provenientes del erario. Ahora bien tanto Santos como Sanin representan a los uribistas dogmáticos que se quedaron sin un padre político, advirtiendo que estos dos candidatos aseguran la continuación de la desgastada y poco infructuosa seguridad democrática, así como la excluyente política de estimular la confianza inversionista.

Es pertinente recordar lo ocurrido en la elección presidencial de 2006, se presentó una aparente oposición política al darse un resultado insospechado de mas de dos millones de votos respaldando al entonces emergente partido del polo, sin embargo, la alta votación se tomo mas como un voto de opinión que la consolidación de un partido, ahora cuatro años mas tarde el partido que se creía el opositor acérrimo del gobierno saliente y de sus herederos se encuentra diezmado, y es que sufrió de los mismos males anacrónicos de los partidos tradicionales, construyó política a través del clientelismo y de la compra de votos y cuando tuvo poder lo usaron para maximizar sus intereses particulares a si como acrecentar sus arcas patrimoniales, como un ejemplo escueto pero claro se expone el tétrico caso del IDU y sus graves problemas contractuales, de organización y ejecución, pues los escándalos mas graves se detonaron durante el gobierno liderado por representantes del partido del polo. De otro lado el partido que prometía la inclusión de los sectores desfavorecidos tuvo contradicciones severas, que en ultimas ocasiono una ilegitimidad de los que representan.

Volviendo a la situación actual, se encuentra entonces una nula oposición política, pues en el contexto presente se habla de uribistas o antiuribistas, o mejor de quien vota por santos- sanin y quien no, en Colombia no hay oposición pues no se le puede llamar a la acción de votar un domingo cada cuatro años por el contendor perdedor como un acto de oposición, entonces los analistas políticos mediáticos, pregonan de la ocurrencia de un voto de opinión, si se analiza el caso Mockus los medios con benevolencia lo han presentado como un candidato que representa el dichoso voto de opinión, de quienes no comparten las políticas gobiernistas imperantes, pero que tampoco comulgan con las ideologías representadas en los partidos vigentes, sin embargo, personificar el voto de opinión en un cuerpo cierto, en este caso mockus, parece mas la votación carismática hacia un outsider, es bueno acudir a las paginas de la historia política de este candidato presentado hoy como una tendencia fresca y sobre su tendencia hacia las políticas neoliberales, pues los colombianos olvidan con facilidad situaciones, imágenes y palabras expresadas por los que hoy creemos progresistas, así como Santos siendo ministro en el gobierno Pastrana empobreció al país para salvarlo de una crisis económica que de todos modos se dio, argumentando que los colombianos tendrán que llorar sangre y lagrimas, refiriéndose a la carga tributaria necesaria de la época o cuando Sanin proclamo ser de un partido independiente en las elecciones del 98 separándose del conservatismo por considerarlo un partido que no representaba los intereses del pueblo y que hoy se ufana de decir que el partido azul es el que ha dado las políticas mas sociales de la historia del país que piensa gobernar, Mockus el líder del partido verde, creado con no mas de un año de vida política, sin representación considerable en el congreso, es considerado por los académicos, medios y analistas “Light” como un genuino representante de un voto de opinión, cuando este ya ha mostrado visos de posturas neoliberales como cuando anuncio en su campaña de hace cuatro años que era necesario la tributación excesiva, la privatización de lo publico y las posturas poco flexibles frente acuerdos humanitarios.

Nótese entonces la mala interpretación del voto de opinión, pues este representa la opción del ciudadano que no deviene de una tendencia institucional, un voto libre de cualquier prebenda burocrática o dadiva en especial, que expresa la ideología del elector. El voto de opinión se convierte entonces la expresión conciente que hace el ciudadano mediante el procedimiento democrático, sin embargo en Colombia a lo que llamamos voto de opinión dista mucho de serlo, este texto tiene una única pretensión y es la de visibilizar la problemática de llamar algo que no lo es, el verdadero voto de opinión se concretaría si aceptáramos como ya muchos lo han hecho que ninguno de los candidatos satisface las exigencias de la sociedad sobre educación, empleo y reducción de la pobreza, deberíamos ejercer un verdadero voto de opinión en la urnas, votando en blanco, pero se que es una utopia, pues la educación política colombiana ha enseñado que el voto en blanco es igual a un voto perdido.

Alejandro Badillo Rodriguez

martes, 6 de abril de 2010

SIN TÍTULO

Aquel día desperté con ganas de mandarlo todo a volar; no quería nada, nada… No quería ver la cara siempre inquisidora de la mujer que decía ser mi novia. Sí, siempre me miraba con cara de meestásengañandozorrodeputamadre y, aunque a veces era cierto que la engañaba, ella me miraba de esa forma por si acaso, porque nunca tuvo una prueba de mis infidelidades. No tenía ganas de ir a la oficina, gracias al estúpido de Rodríguez, el lamesuelas del jefe: un tipo de 1.65, dientes salidos y ojos saltones que al mínimo descuido tuyo, te podía meter en un problema con el pluma blanca. Algún día me pilló descansando, mientras preparaba un artículo sobre lo deliciosas que son las albóndigas suecas, y me gané un memorando del jefe, el cual decía que al recibir noticias de mi falta por una fuente confiable, la próxima sería causal de sanción… No tenía ganas de salir de mi apartamento, no tenía ganas de escribir, ni de hablar, ni de ver, ni de leer… De nada. Nada en lo absoluto.

Decidí llamar a la oficina y dije que estaba sufriendo de unos dolores en la mente, en el bazo y en la nuca, producto de una intoxicación causada por unos raviolis rancios que comí el día anterior. Rodríguez (quien contestó la llamada) comentó inmediatamente: - el jefe espera ver la justificación de la incapacidad, firmada por un médico certificado, o si no…-
-O si no ¿qué?- le pregunté.
-Sabes que tienes ya varias faltas-.
-No tiene por qué incumbirte- contesté.
-Claro que sí, porque como empleado de esta distinguida publicación semanal, debo velar por el cumplimiento de las labores de todos mis pares-.
-Bueno. Mañana tendrá el JEFE la incapacidad certificada. Hasta luego-.
Colgué el teléfono de manera que el sapo de Rodríguez se diera cuenta de mi disgusto hacia él y me dirigí a la cocina. Miré la nevera y encontré, como todos los días, los huevos y el jugo de naranja con la marca de supermercado del barrio que Adriana (mi “novia”) me traía para efectos de prepararme el desayuno. Odio ese jugo.
Mientras me disponía a preparar un omelet, el chirrido que emitía el teléfono cuando sonaba, me asustó y me hizo voltear el plato en el cual revolvía los huevos. Maldije el día (como todos los días) y dejé que la contestadora cumpliera su labor. Era Adriana. Había llamado a la oficina para saludarme y al recibir de Rodríguez la noticia de mi enfermedad, me marcó para saber cómo estaba. Dijo: - Amoooooor, estás como grave, porque no contestas el tele. Ya voy para…
-¿Aló?- levanté el teléfono antes de que finalizara la oración.
-Amoooooor, te escucho la voz muy normal.
-Estoy enfermo del bazo, no tiene nada que ver con mi garganta-.
-Sí, pero cuando uno está enfermo, pone voz de enfermo-.
-¿Cómo es la voz de enfermo?- pregunté irónicamente.
-Pues, de enfermo. ¿Nunca te has escuchado cuando estás enfermo?-.
-No. Por lo general me preocupo más por mi salud que por mi tono de voz-.
-Bueno. El caso es que ya salgo para allá a cuidar a mi osiiiiiiiiiitooooooooooo…-.
-No vengas-.
-¿Por qué no, amorcitooooooooooooo?-.
-Porque no, y ya. Estoy grande como para cuidarme solo-.
-¡¡No, amor!! ¿Qué tal que te me empeores? Ya salgo para allá y te preparo una sopa de pollo, de esas que te gustan tanto-.
-No me gustan las sopas ¿de dónde sacas eso?-.
-Siempre te han gustado mis sopas- dijo, con voz temblorosa.
-No. No me gustan. Ni las tuyas, ni las de mi mamá, ni las de mi abuela… Odio las sopas…-
-Pe-pe-pe…-
-Pe-pe-pe nada. No vengas, no quiero de tu cuidado hoy. Y no se te ocurra llamar a mi madre porque no contestaré más llamadas ¿ok?-.
Colgó.
¿Nunca han sentido la necesidad de estar solos? ¿De aislarse de todos? Ese día en especial sentía que todas las personas que de una u otra manera intervenían en los diferentes ámbitos de mi vida eran un estorbo. Sentía por momentos la necesidad de hacer una selección exhaustiva entre mis conocidos y decidir entre quienes quería que hicieran parte de mi caminar y quienes no.
Caminé nuevamente hacia la cocina, tropezando el dedo meñique del pie izquierdo contra la pata de una silla, maldiciendo a los fabricantes de la silla y al árbol del cual sacaron la madera para hacerla… Limpié los huevos que derramé en el piso y saqué unas galletas saladas y el frasco de mermelada de moras de la alacena. Preparé varios sánduches de galleta con la mermelada, saqué el jugo para no atragantarme y me dirigí a mi cuarto. Encendí la tele y puse uno de los canales nacionales para enterarme de las noticias del día. Pura mierda: tres homicidios perpetrados por sicarios, enfrentamientos entre la guerrilla y los (para)militares; una vieja con veinte operaciones encima diciendo que la actriz de la novela de moda salió embarazada de su chofer… Desinformación, basura periodística. Me di cuenta de que llevaba 26 años dejándome alienar por la información amañada que pasaban en los noticieros… Demasiado tiempo sin hacer nada. Sólo estudiar lo que mis padres quisieron que estudiara, para que de mierda me sirviera porque terminé como un escritorzucho de artículos varios en un periódico amarillista.

No sé cuánto tiempo pasé al frente del televisor viendo al calvo imbécil que presenta el programa de variedades de la mañana y a sus invitados partícipes de la maraña de pecados que es la televisión nacional. Dos, tres horas, quizás. Pero me di cuenta de que debía pagar los recibos de los servicios públicos o, de lo contrario, no habría energía eléctrica para ver al día siguiente al calvo y a su séquito de animales, ni agua para pensar mientras me baño.
Me puse lo primero que encontré: el blue jean del día anterior, una camiseta de propaganda política que uso para dormir o que Adriana se pone después de que terminamos las faenas y los zapatos grises a los que se les mete el agua por un hueco que tienen en la suela. El banco queda a unas cuatro cuadras de donde vivo, así que, para que la ida no se hiciera larga, encendí un cigarrillo y mientras lo fumaba, caminaba y miraba al piso, tratando de no pisar las líneas que separan las placas de la acera. Pensé entonces en que tenía varios días sin hablar con mi padre. – Seguro está bien-, pensé, porque si algo malo le hubiera ocurrido, ya lo sabría. Las malas noticias son las que primero se saben…
Mi papá… Bien peculiar. Recuerdo que nunca nos entendimos y, sin embargo, siempre fui el único que lo apoyó. A pesar de todo, de su intolerancia, de sus rabietas, de sus insultos… Siempre estuve ahí, escuchándolo y opinando, aunque mi opinión de nada valiera. Sólo se le veía feliz cuando estaba con una mujer al lado, sin importar cuánta plata le sacara la misma. Nunca importó. Con tal de llenar su ego de macho, gastaba lo que se ganaba buscando con qué mujer fornicar, sin importar si a mí me faltaba un pantalón o si no había comida en la casa. Es un buen tipo, de todas formas. Solo que su ego de ex artista famoso no lo dejaba preocuparse por otras personas más que por él. Me dije que lo llamaría en la tarde. No lo hice.
Seguí caminando hacia el banco. Llegando a la esquina, un hombre de unos treinta años, delgado, con el rostro algo quemado por el sol y los ojos rojos por la marihuana que se fumó una hora antes, se me acercó.
-Regáleme una moneda, tengo hambre-.
-¿Sí? La próxima vez no te gastes la plata en drogas, imbécil, y cómprate algo de comer-.
-Lo que yo haga con mi plata es mi problema-, me dijo, con algo de rabia en sus ojos.
-Bueno, yo no te daré la mía, vago de mierda-.
Le di la espalda y, al segundo, sentí un golpe en mi nuca. El muy hijo de puta me dio un puñetazo y salió a correr y, a pesar de mis ganas de reventarle hasta las orejas, no hice nada. Me sacudí el dolor con otro cigarrillo y seguí caminando hacia el banco.
En la fila había 12 personas. Miré si había alguien interesante, pero, como raro, el banco estaba lleno de los mismos estereotipos: la anciana que no sabía cómo demonios llenar el volante de consignación; el nuevo rico que tenía problemas de manejo con su cuenta y que insultaba a una de las empleadas del banco, diciendo el siempre útil “usted no sabe quién soy yo”; el mensajero de la oficina de abogados con su bolso de cuero negro manchado; la buenona en licras, recién salida del gimnasio; el adolescente con cara de pocos amigos y camiseta de Iron Maiden, obligado a pagar los servicios por su papá, so pena de no dejarlo salir el viernes… Lo mismo de todos los bancos, todos los días. El monstruo financiero alimentándose de los incautos, abriendo sus fauces para tragar uno a uno los pocos pesos que se puede tener extra en este mundo. Sin contratiempos, llegué a la caja y pagué. Con una mirada entre asco y desdén, la cajera me dijo el protocolario “muy buenas tardes, señor” y me devolví hacia mi apartamento.
En la esquina siguiente había una cantidad de gente rodeando algo o a alguien. Me acerqué, por la necesidad morbosa de ver qué había ocurrido y vi el cuerpo del tipo que me había pegado en la nuca veinte minutos antes, tirado y sin vida al lado del semáforo. Había hecho lo mismo que hizo conmigo con un tipo que, por sorpresa, cargaba con un arma y le descargó sin titubeos cuatro tiros en la espalda. El tipo huyó.
Otro cigarrillo…
Casa.
Sentí algo de hambre y extrañé a Adriana porque no quería cocinar. Pero si no tenía el alma contenta, por lo menos quise tener la barriga llena y saqué del congelador una bolsa con carne y la puse a descongelar en el microondas. La llené luego de sal y pimienta y la puse a asar. Cuando estuvo lista, agarré un pedazo de pan que estaba encima de la nevera y serví un poco de jugo. Prendí la tele y salió en las noticias el homicidio del tipo que me pidió plata. Lo habían despedido de la empresa de seguridad donde trabajaba porque lo pillaron mirando por la ventana de un apartamento del edificio donde cumplía sus funciones y la señora (a quien veía mientras se masturbaba) se quejó ante la administración. Después de ello, su mujer lo abandonó, llevándose a su hija de 3 años con ella, porque le daba asco compartir la cama con un pervertido. Debí haberle dado plata para que se fumara el último porro al pobre diablo.
De repente me encontré solo en un desierto, parecido al Gran Cañón, encima de una de esas rocas enormes, erosionadas por lo que alguna vez fue un río. Había un personaje parecido a un duende, burlándose de mí, en medio de dos puertas, marcadas con el número uno la de la izquierda y con el dos la de la derecha. Le señalé la número dos y en seguida la abrió. No pude ver nada. Sólo oscuridad. Sólo caos. Me aparté del umbral, con el corazón a mil porque aquella oscuridad alteró mis nervios…
Desperté. Sin querer me quedé dormido con el plato a medio comer encima de mis piernas. Recordé el sueño que tuve y me sentí extrañado de haber rechazado el contenido de la puerta número dos porque mi vida siempre había sido vivida en la oscuridad, en el caos. Y una me incomodó. Siempre viví conforme con ello y, a pesar de haber buscado y encontrado la luz, preferí revolcarme en el barro con los cerdos que habitan este mundo. Mi ego no me dejaba vivir a la sombra de nadie, aunque ello me llevara a mejorar. Mi vida sería una miseria, pero sería un miserable libre. Quizás ni siquiera merecía vivir si pensaba de esa forma. Pero así decidí vivir. Era lo único que no se me había impuesto y estaba dispuesto a disfrutarlo. Estaba dispuesto a disfrutar de mi miseria.

Sonó el teléfono. Era Adriana de nuevo. Dejó un mensaje diciendo que no estaba dispuesta a que yo la tratara de esa forma, que las cosas hasta allí llegaban si no le contestaba el teléfono. No contesté… La despreciaba, pero hasta ese momento no pude alejarme de ella porque ella hacía parte de mi desgracia. Me dominaba, me chantajeaba, me menospreciaba pero era la única persona que en esos momentos quería compartir su tiempo conmigo. A pesar de que no era mucho lo que hacíamos juntos. Después de cinco años no es mucho lo que uno puede hablar con una persona a la que desprecia. Ella llegaba a mi apartamento con los huevos y el jugo de naranja barato y se sentaba conmigo en la cama. Hablaba de todo lo que había hecho en el día, hasta de qué color eran los calzones de la esposa de su jefe. Hablaba y hablaba mientras yo miraba la tele y asentía luego de que ella hacía sus pausas para tomar aire (porque no se callaba, agarraba impulso). La quise alguna vez, me sentía agradecido con ella por hacerme infeliz. Después de todo, yo había escogido serlo y ella, no sé si consciente o inconscientemente, me siguió el juego.
Esperé a que se me pasara el sopor que me invadía después de la extraña siesta y fui a la cocina nuevamente. Abrí la nevera y saqué una de las cervezas que allí había dejado hace unos días. La abrí y tomé un sorbo. Fui a la sala y prendí el computador. Abrí la página de mi correo electrónico y encontré lo de siempre: forwards acerca de lo lindo que es tener un amigo, oraciones a la virgen y fotografías pornográficas de alguno de mis pervertidos amigos. Nada especial.
La cuestión sobre mi vida en esos momentos era si en realidad deseaba salir de la agonía en la que yo mismo me puse. Vivía muerto. Muchas veces me aburría de lo vacía que era mi existencia pero ello hacía parte de mi decisión. Así quería vivirla. Entonces, aburrirme de ello era una especie de arrepentimiento de la decisión que había tomado. Interesante ver que en mi mente se armaba un debate entre el diablillo que quería que yo continuara con mi perezoso y negligente andar y el angelito que me impulsaba a cambiar de camino, a hacer algo bueno de mi vida. Pero ¿qué es bueno y qué es malo? Si la cuestión no se trata de ello, sino de justicia ¿qué es lo justo? Dicen por ahí que la justicia es dar a cada cual lo que se merece y yo merecía vivir en muerte. No tenía una razón verdadera para cambiar las cosas porque todas las personas cercanas a mí actuaban como si les importara un pito si evolucionaba o no y a mí sí que menos me importaba. Yo decidí tomar la miseria como el motor de mis actos y actuaba lo menos posible para que ello cambiara.
Puse algo de música, para relajarme un poco. Raro buscar descanso en el “metal”, pero era lo único con lo que podía identificarme hace unos años. Siempre luchando internamente, siempre preocupado por buscar algo mejor dentro de esta sociedad putrefacta. No importa cuánto luché, nunca conseguí nada. Pero fue bueno recordar en esos momentos aquellos tiempos en los que fui un soñador que criticaba las iniciativas gubernamentales por no centrarse en las necesidades de los más desvalidos. Gobierno tras gobierno se regalaba una porción del país a los leviatanes corporativos, que devoraban poco a poco las condiciones laborales de los nacionales y con ello sus voluntades. Odiaba al gobierno de derecha de turno y terminé odiando al de izquierda que le siguió porque al final ambos resultaron siendo una máquina burocrática conjunta, al servicio de quienes apoyaron las campañas. Todo siempre ha sido una pugna de poderes y quien lo tiene quiere perpetuarse en el mismo. Por eso odio la política. Nunca ha sido por el pueblo ni para el pueblo. Se trastorna el orden propuesto por los contractualistas dentro del cual el Estado debía trabajar para el pueblo y termina el último trabajando para el primero y temiéndole.
Mis remembranzas de rebeldía se vieron interrumpidas por el sonido desesperante del citófono. Contesté. Era Adriana. Me asomé por la ventana y vi que no me había dado cuenta de que había empezado a llover. La hice pasar.
Cuando abrí la puerta del apartamento, su primer impulso fue darme una cachetada que me alcanzó la oreja y casi me hace perder el equilibrio. Diez segundos después, y aún viendo puntos de colores, le dije:
-Te dije que no te quería aquí ¿qué necesitas?-.
-¿En verdad quieres que terminemos?- preguntó con la voz de quien lleva un día completo gritando.
-Sí-.
-Eres un hijo de puta. Sólo un hijo de puta manda a la basura cinco años de amor por una crisis existencial de tercera-.
-El amor no existe- dije.
-¿Cómo no va a existir? Yo te amo.
-¿Qué es para ti amar? Le pregunté
-El amor es dar al otro lo mejor de uno siempre, estar dispuesto a morir por la persona que se ama-.
-Si lo mejor que puedes darme son huevos y un jugo barato, no quiero tu amor-.
En ese momento vi cómo su expresión de dolor y tristeza se convirtió en una mueca de ira que deformó su rostro y sin decir nada me propinó un jab de derecha en la mandíbula inferior. Al ver mi falta de respuesta, intentó hacer lo propio con la otra mano, pero esa vez logré esquivarlo y, del impulso que llevaba, se fue de cara contra la mesa del comedor y la destrozó.
-¡Mira lo que has hecho, animal! ¡Mira cómo me has vuelto!- gritó. Había caído sobre su rostro y se abrió la ceja izquierda.
-Yo no hice nada. Solamente me aparté para que no me pegaras-.
-Te vas a arrepentir de esto, hijo de puta. Te lo juro que esto no se quedará así-. Me dijo, apuntándome con el índice derecho.
-Haz lo que tengas que hacer. Ahora, vete-.
Cerró de un portazo tan fuerte que el espejo que me había regalado mi madre cayó y se volvió añicos. Encendí un cigarrillo.
No entiendo por qué alguien puede depender tanto emocionalmente de otra. La conocía y sabía que Adriana quería controlarlo todo. Esa era su meta en la vida: tener el control de todo cuanto la rodeaba. Su dependencia entonces consistía en que yo estuviera siempre a sus pies, avisándole cada paso que iba a dar, cada decisión que iba a tomar. Hace mucho que ya había dejado de tener ese poder sobre mí, pero se rehusaba a aceptarlo. Por eso su reacción al verme fuera de su radio de influencia. La desprecié aún más.
Miré el reloj: las cuatro de la tarde. Increíble cómo se pasa el tiempo tan rápido. Se supone que eso sucede cuando uno se está divirtiendo. De pronto me divertía mi miseria.
Me senté al frente de la tele otra vez y me puse a ver una película sobre un tipo que tenía una relación furtiva con su hijastra. Era de esas películas que le gustan a mi mamá: de bajo presupuesto, pésima fotografía y actores desconocidos. El tipo terminó suicidándose después de que su mujer mató a su propia hija a cuchillazos y se tiró por la ventana que daba hacia el patio. Basura.
Me dispuse a salir al supermercado a comprar huevos y un mejor jugo que el que me daba Adriana todas las noches. Revisé si las llaves estaban en los bolsillos del jean y no las encontré. Recordé que las había dejado en la mesa que quedaba al lado de la entrada del apartamento. Raro. No estaban. Creí haberlas dejado allí. Empecé a buscarlas pacientemente por todo el apartamento, ya me había pasado antes. Mientras buscaba, la puerta se abrió. Era Adriana, apuntándome con un revólver.
-¿Qué haces con eso?- le pregunté.
-No te permitiré que me dejes- contestó.
-Baja eso, Adriana- le dije, mientras me acercaba lentamente.
-No me vas a dejar, no lo harás-.
-Ya lo hice-.
-No lo harás- repitió.
Cuando llegué a donde ella estaba, aparté el revólver y le di un abrazo para consolarla. Bajó la guardia.
-Mira: todo va a estar mejor. Lo nuestro debe acabarse, por tu bien y por el mío- le dije, actuando como todos los imbéciles que quieren terminar una relación en buenos términos.
-Yo estaré bien-, me dijo al oído, mientras ponía el frío cañón del revólver en mis sienes.-¡No lo hagas!-gritó.
¡BAM!

Hoy en las noticias de las 11, joven columnista de diario semanal se suicida al frente de su novia después de que la misma decide dejarlo. Tenemos en exclusiva el relato del incidente por parte de la joven Adriana Bustos, ex novia del occiso. En noticias del entretenimiento tenemos el nombre que va a poner la protagonista de la novela estelar de nuestra tele al hijo que está esperando…

FIN
Rodrigo Ricardo Badel

RODOLFO: LO NUEVO DEL VIEJO FITO


Fito Paez es el músico latinoamericano, contemporáneo, que mayor impacto ha logrado en los corazones rotos de nuestra extraviada generación (rebaño snob llamado generación). Su música, su voz, su virtuosismo ha llenado de energía -simplemente energía- a todo aquel que la siente como una experiencia definitiva y llena de sensaciones inexplicables. Sus letras laberínticas hicieron del rock en español un escenario profundo, de dimensiones prácticamente insondables. Su música llena de inconmensurable pasión, enrojece mejillas, presta lágrimas a la soledad y sólo pide a cambio una fidelidad casi divina.

Pero este cúmulo de atributos se ha ido perdiendo inexorablemente a lo largo de los años, que han apagado el espíritu genuinamente adolescente de su todopoderoso creador… se ha perdido la fe en su dogma irrebatible y se ha dispersado un poco de su rebaño fiel. Quizá esa energía de pasión crítica y poética se ha convertido en monedas para una rockola llena de himnos a enanos con pelucas y gafas multicolores que recogen flores pegajosas en el camino hacia la felicidad. Así mismo, casi como si se tratara de pedofilia, ha caído estrepitosamente en el pecaminoso intento de diversificar su arte a través del cine independiente: grave error, ya que Fito como director de cine es un excelente lustrabotas. Todo esto ha hecho que sus antiguos fieles hayan optado por cambiar de fe y convertirse a la música new-age o al emo-rock.

Antes de que Fito incursione como bailarín clásico, o en un establecimiento de striptease para enanos, se ha tomado un prudente tiempo para retomar su esencia con cierta dignidad y gracia. Y en ese proceso de reflexión ha recordado algo fundamental en la personalidad de todo ser humano: su nombre. Y es ‘Rodolfo’, su nombre y el de su nuevo trabajo musical. En ‘Rodolfo’ explora la confortable intimidad, el poder minimalista del piano y la madurez de una voz que aún conserva jirones de verdadera pasión juvenil. Sus letras en cierta medida han vuelto a correr como huyendo de la muerte o de la artificiosa felicidad en medio de las ‘tumbas de la gloria’. Su música, brillante y virtuosa como antaño, ha retomado el cauce de la belleza, del hermoso arte de cortar con sediciosa lentitud las vendas que cubren las almas endurecidas por la certeza de una estúpida muerte.


Canciones que recuerdan un poco, con menor brillo y mayor simplicidad, exitosos e impecables trabajos como “El amor después del amor” y “Euforia”, se pueden encontrar al interior de “Rodolfo”. Algunas de estas son sinceras alegorías al amor (“Si es amor”), otras a las vidas privadas (“Sofi fue una nena de papá”), y otras tantas a la nostalgia (“Zamba del cielo”). Cada una de ellas tiene instantes de magia que solo un diestro y apasionado artesano puede esparcir en sinuosos y gratificantes senderos sónicos.

A pesar de que su música nunca tendrá el mismo brillo y vibrante tempo de ayer, este trabajo es un honesto intento por volver a la esencia de la verdadera mística ‘a la quintaesencia de la música’. Escuchar “Rodolfo” vale la pena, incluso antes de morir.

El Hijo de Sancho

lunes, 5 de abril de 2010

CUMPLÍ 22 AÑOS Y CONTINÚO PELEANDO CON LOS CONFORMISTAS, CON LOS AFORTUNADOS, CON LOS CONFORMISTAS, ÉSTE POST ES PARA ELLOS.


Siento picazón en el cuerpo cada vez que alguien se alegra porque llueve, siento picazón en el cuerpo cada vez que necesito que llueva y no ocurre, siento picazón porque en ese momento está quién me dice que el clima está bien tal como está. Pobre atmósfera, pobres mamíferos, pobres células mitocondriales, pues unos están alegres porque no puedan respirar. Lo siento atmósfera, tu planeta está lleno de humanos que no te quieren, yo te quiero.

Dicen que estamos imposibilitados físicamente para tenerlo todo al tiempo, quizás sea porque sólo contamos con 5 dedos en cada mano o porque simplemente no somos capaces de tenerlo todo al tiempo, el tiempo hace parte del problema, no nuestra manos, algunos ni siquiera tienen los 10 dedos. Todo esto es corolario de tener sed, tener hambre, tener un vaso con agua o de agua y tener un croissant recién salido del horno (seguramente de una panadería cualquiera), pero luego de tomar dicha agua y de comer dicho pan, quedamos con hambre y con sed, porque de alguna irónica y desconcertante manera, el vaso queda vacío, el vaso queda lleno de aire y después de unos segundos se rompe. Del croissant sólo quedan las migajas y la horrible sensación de haber perdido el tiempo y el dinero, porque contrario a todas las afirmaciones de los destinatarios de éste post: NO HAY NADA FÁCIL, NO HAY NADA GRATIS, respirar cuesta y es complicado y contraproducente.

Será que tenerlo todo duele? Muy seguramente, porque no tenerlo también duele demasiado. De todas formas, hoy hago pública mi actuación militante de un partido antijurídico que lucha por la abundancia, por los excesos, por lo que siempre está demás, además. Y aunque no pretenda eliminar a las migajas, a las esquinas, a los pedazos despedazados de aire, si pretendo entregarme en cuerpo y alma a esa lucha, porque como todas mis luchas, son una guerra en sí mismas, contra todo y contra nada, con la única diferencia que ya no peleo contra mí, hoy peleo contra ustedes, contra los que intentan apaciguar mis ganas de olas engreídas, de montañas resbalosas, y con mis ganas de él, las mismas que me acosan todos los días.

A veces, la oleada de cosas sucesivas, producen algo peor que pesadez estomacal, algo peor que el beberse 5 jarras de lúpulo en menos de 50 minutos, pesadez, llenura. Sin embargo, mientras pensamos en lo mal que se siente nuestro estómago, podemos percibir que adentro no tenemos nada, si acaso aire, y el aire sólo pesa, es sólo peso, kilogramos, gramos, miligramos, mediciones sin convención convencionales. Y para los que se alegran con el peso, son oportunidades, sueños cumplidos, metas alcanzadas, cosas que en su devenir ya devinieron, y aquí, mis queridísimos señores, no ha llegado nada, nada.

Pero como ustedes pueden comprobar, mi política pública y privada es antijurídica, de manera tal, que las jarras de lúpulo seguirán aumentando con los segundos del tiempo, y los segundos del tiempo seguirán aumentando con la reproducción de mis células y ellas lo harán con cada frase que sea pronunciada inútilmente por ustedes, eso, hasta el momento en que ustedes acepten que no tenerlo todo es maravilloso y que luchar por tenerlo lo es aún más y que los que luchamos insaciablemente en esa guerra de kilogramos de vasos rotos, de agua y de pan, triunfamos todos los días de nuestras vidas, porque hoy no nos llenamos de aire, y mañana tampoco.

Bienaventurados los que tienen que comer, éste post es para ellos.

Andrea del Pilar Cubides.