domingo, 11 de abril de 2010

LOS PRIMEROS DE LA FILA

“Los últimos siempre serán los primeros”, una de las tantas parábolas enseñadas en nuestra cultura católica tradicional, que significa que los mas pobres alcanzaran con mayor facilidad las riquezas del cielo, sin embargo las riquezas de la tierra serán para los primeros, quienes son las élites que pareciese que no les importase mucho su salvación y tener un espacio reservado en el cielo, pues se conforman con el basto patrimonio que ostentan y el dominio de la tierra.

En Colombia esta parábola esta bien asimilada en el pueblo, aleccionada durante años por la iglesia, que se comporta claramente como una elite, que sometido a las políticas de premiación y cuidado de los primeros, para que estos sigan invirtiendo, produciendo y ganando, para así, según el gobierno lograr la consecución de la tan difusa idea de desarrollo, ahora bien, el pueblo, el que conformamos, el camandulero y abnegado, el que peca y reza a la ves, se conforma con esperar que con la muerte llegue la riqueza del cielo negada en la tierra.

Una visión triste, mas en una época donde se han derrumbado los paradigmas que estimulaban el conformismo en la ideología de la humanidad, aun así el Estado que en teoría debería ser laico así como sus políticas, impulsa y pregona directrices eclesiásticas ligadas con la iglesia católica, tal ves lo hace para gobernar con docilidad a los creyentes que en su mayoría son pobres, o mejor los últimos de la fila, para que no esperen mucho de su Estado, para que este no se le exija que les solucione sus problemas de pobreza, vivienda, empleo, educación, salud y la consolidación de la igualdad de oportunidades, pero el Estado a través de sus instituciones si incentiva las solemnidades religiosas del catolicismo en la función publica, lejos entonces quedan los principios normativos llenos de contenido, que deberían orientar las políticas estatales, que buscan la inclusión de toda la sociedad, pues se remplazan por valores o axiomas propias de una religión particular, mientras tanto el Estado católico, que pregona el conformismo que debe tener el buen cristiano para alcanzar el cielo, si apoya a las élites, a los pudientes, a “las grandes minorías” que se encuentran exageradamente empoderadas, cuentan con el apoyo total del órgano Estatal, claro, siempre pensando en los últimos de la fila, pues los primeros al tener prebendas tributarias, flexibilización en la legislación laboral, una adecuadísima seguridad y protección de los bienes reales, subsidios para el desarrollo de las actividades económicos, los primeros de la fila velaran, de manera asistencial por los últimos, una postura política bastante utilizada y reutilizada por los distintos gobiernos que han pasado en el manejo del Estado y lo curioso es que el resultado de esta política es que los últimos siguen siendo últimos y los primeros…. Bueno más primeros. (Perdón por el exagerado pleonasmo)

Y es que, la riqueza de los más pudientes de este país ha crecido de manera astronómica, inclusive en plena crisis económica mundial, ¿pero como ocurre esto? Por que el Estado protegió mediante políticas la caída de grandes o mejor el riesgo de las caídas de los primeros, por supuesto en un intento por salvaguardar así a los últimos de la fila, curiosamente fueron los últimos los que si vivieron la crisis económica, los que tuvieron que amarrarse el cinturón, reparar en gastos y sacrificar si comían carne o transportarse a pie, los últimos de la fila sin empleo debieron conformarse con esperar meses para que con la recuperación económica se crearan vacantes que aun no se han creado.

Es importante recordar que el Estado no esta concebido simplemente para proteger a las elites, sino que en una visión moderna el estado debe resolver los problemas que agobian a la sociedad.

Alejandro Badillo Rodriguez

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