martes, 13 de abril de 2010

PIENSO QUE SOY UN IDIOTA


esto podría sonar como un mantra, como una frase clásica y eterna... pero es cierto, eso creemos todos aquellos que contamos con los elementos suficientes para proferir un juicio de valor inmerso en el ego, de tales dimensiones, de tales repercusiones, de tal calado, de tal fuerza, de tal vaguedad, de tal amplitud: todos somos una ‘bola de tarados’, pero tenemos diferentes niveles de estupidez. bueno, con tan patético material podría dedicarme a montar un standup comedy para entretener a los seres imaginarios que caminan sobre los senderos de mi locura huyendo de mi moral recalcitrante, o mejor, podría hacerme millonario como autor de brillantes best-sellers de autodestrucción personal; si hay gente capaz de dilapidar miles en libros de deepak chopra, quien simplemente les dice como encontrar un sentido a sus decadentes existencias por medio del autoengaño, ¿por qué no darle a la gente soluciones de fondo, definitivas, eternas?

en realidad sólo un idiota diría esto, porque la gente razonable no necesita comprar un libro para autoflagelarse, todo lo que necesita es un espejo y mucha honestidad, y en su defecto un látigo y una emisora cristiana. y bueno, como si descubriese la cura para el alma, como ese pusilánime y cretino pastor post-medieval autodenominado 'padre chucho', pero sin necesidad de salir en televisión y cantar alabanzas de tarado con guitarra y maraca, les traigo algo de música para la cabeza. no se trata de música clásica, o de música de meditación trascendental con incienso y mirra, o de música de consultorio de psiquiatra (todos la conocen, no lo nieguen)... es algo más como una música cualquiera, como música abandonada, dejada en el aire para quien la quiera amar u odiar. se trata, por enésima vez, de la extinta agrupación de seatle que todo adolescente existencialista ha de tener en su botiquín:
nirvana.

una de sus canciones, oh! terrible revelación, corresponde precisamente al mantra del día de hoy, y de ayer y de mañana: se trata de
dumb, la cual, al mejor estilo de las líricas de kurt cobain, nos muestra un girón de su locura, de su lucidez, de su oscura percepción de sí mismo, de su maldita lectura de los mundos que cohabitaban en su cabeza inocentemente rebelde (genuinamente rebelde, sin ser castrista).

my heart is broke, but i have some glue, help me inhale, bring me with you, we'll float around, hanging on clouds...

aunque pareciese un tema bastante melancólico, como lo es en diversas maneras todo el trabajo musical de esta banda, o lleno de rabia psicóticamente residente entre las líneas de esta canción, lo percibo más como un himno a la aparente resignación, a la simple y pura indiferencia, al necesario y deseable abandono. la letra no permite esclarecer si es un diálogo con sí mismo, con la mujer que le atormenta incluso en sueños, o con todo aquel que le escuche, en el que intervienen como fantasmas sus lamentos y mofas, como invitados su locura y razón incipiente. Aunque puede ser igual una canción sin sentido de esas que se aferran a la memoria y empañan la sensatez. así como el tarot, pretensiosamente tejido como una red de millones de vacíos e hilos, el cual podemos adecuar a lo que cada uno de nosotros siente o percibe de su propia realidad, 'dumb' puede ser leída incluso con la mente en blanco. yo por lo menos la interpreto como un intento de poema que se recita frente a las muertas raíces del árbol familiar, mientras poco a poco se hunde la vista en el lodo sin fondo de una existencia más, perdida desde adentro.

i'm not like them, but i can pretend, the sun is gone, but i have i light, the day is done, but i having fun, i think i dumb, or maybe just happy... think i just happy...

una de las mejores versiones de
dumb, la mejor de todas, es la que hace parte esencial del magnífico mtv unplugged in new york, que póstumamente se ha constituido en uno de los más grandes aportes a la música contemporánea, si es que existen aportes significativos acaso. el cello conduce mágico y trágico, la cansada e irremediable voz que permite a kurt conectarse penosa, punzante, implacablemente con un público extasiado con sus mirada moribunda. también la suave y fatal percusión permite predecir que la clave no es la ira sino el silencio en sus breves vibraciones; y así, como migajas de pan negro dejadas en la tierra ingrata que se abandona, las flores oscuras perfumaban la imperceptible despedida de un auditorio doliente. su melodía no tiene un color definido, pero se siente el frío transcurrir de los segundos que congelan los oídos y que hacen dolorosa su audición.

the man who sold the world, tal vez la canción más recordada de aquella presentación, no contiene tantos fragmentos de intimidad como dumb, la cual retumbará para siempre en la memoria de una generación, para la cual kurt siempre estuvo muerto, aunque la presencia de su voz fue más fuerte e indeleble que su desaparición perpetua.

i think i´m dumb, i think i dumb, i think i dumb, i think i dumb, i think i dumb…

el hijo de Sancho

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