jueves, 8 de abril de 2010

EL VERDADERO VOTO DE OPINIÓN

En estos días donde la opinión publica se ha interesado por saber quien será el dignatario que representara a los colombianos y tome asiento en la silla de la casa de Nariño, símbolo del máximo poder político, se ha cuestionado entonces a los candidatos presidenciales sobre sus calidades e idoneidades, a su vez se ha comentado sobre su carisma frente a la gente y sobre todo por la carencia o no de oratoria, sin embargo ninguno de los medios ha intentado mostrar las posturas políticas de los candidatos, sus programas de gobierno, ni sus intereses sociales, a la fecha no se sabe por que los candidatos quieren ser presidentes, las encuestas provenientes de formulas mediáticas ( donde se le preguntan a no mas de 1000 personas sobre su intención de voto) establecen con frivolidad resultados que pretende se repitan en las elecciones de mayo.

Siendo concretos las encuestas reflejan un favoritismo por Santos representante del partido de la U heredero de de las políticas de Uribe y de los votantes que fueron liberales o conservadores, es decir que Santos es el candidato que representa el máximo transfuguismo político de la historia de Colombia, secundado por un sobre dimensionado conservatismo en cabeza de Sanin, pues aunque las votaciones que la eligieron como candidata del partido azul sumado con los votos obtenidos por su opositor la hacen de manera aparente la segunda fuerza política del País, este resultado es engañoso pues muchos de los que sufragaron por Sanin lo hicieron sin ser militantes del partido azul, ya que el voto fue contra arias, quien ha sido señalado de beneficiar a las elites con dineros provenientes del erario. Ahora bien tanto Santos como Sanin representan a los uribistas dogmáticos que se quedaron sin un padre político, advirtiendo que estos dos candidatos aseguran la continuación de la desgastada y poco infructuosa seguridad democrática, así como la excluyente política de estimular la confianza inversionista.

Es pertinente recordar lo ocurrido en la elección presidencial de 2006, se presentó una aparente oposición política al darse un resultado insospechado de mas de dos millones de votos respaldando al entonces emergente partido del polo, sin embargo, la alta votación se tomo mas como un voto de opinión que la consolidación de un partido, ahora cuatro años mas tarde el partido que se creía el opositor acérrimo del gobierno saliente y de sus herederos se encuentra diezmado, y es que sufrió de los mismos males anacrónicos de los partidos tradicionales, construyó política a través del clientelismo y de la compra de votos y cuando tuvo poder lo usaron para maximizar sus intereses particulares a si como acrecentar sus arcas patrimoniales, como un ejemplo escueto pero claro se expone el tétrico caso del IDU y sus graves problemas contractuales, de organización y ejecución, pues los escándalos mas graves se detonaron durante el gobierno liderado por representantes del partido del polo. De otro lado el partido que prometía la inclusión de los sectores desfavorecidos tuvo contradicciones severas, que en ultimas ocasiono una ilegitimidad de los que representan.

Volviendo a la situación actual, se encuentra entonces una nula oposición política, pues en el contexto presente se habla de uribistas o antiuribistas, o mejor de quien vota por santos- sanin y quien no, en Colombia no hay oposición pues no se le puede llamar a la acción de votar un domingo cada cuatro años por el contendor perdedor como un acto de oposición, entonces los analistas políticos mediáticos, pregonan de la ocurrencia de un voto de opinión, si se analiza el caso Mockus los medios con benevolencia lo han presentado como un candidato que representa el dichoso voto de opinión, de quienes no comparten las políticas gobiernistas imperantes, pero que tampoco comulgan con las ideologías representadas en los partidos vigentes, sin embargo, personificar el voto de opinión en un cuerpo cierto, en este caso mockus, parece mas la votación carismática hacia un outsider, es bueno acudir a las paginas de la historia política de este candidato presentado hoy como una tendencia fresca y sobre su tendencia hacia las políticas neoliberales, pues los colombianos olvidan con facilidad situaciones, imágenes y palabras expresadas por los que hoy creemos progresistas, así como Santos siendo ministro en el gobierno Pastrana empobreció al país para salvarlo de una crisis económica que de todos modos se dio, argumentando que los colombianos tendrán que llorar sangre y lagrimas, refiriéndose a la carga tributaria necesaria de la época o cuando Sanin proclamo ser de un partido independiente en las elecciones del 98 separándose del conservatismo por considerarlo un partido que no representaba los intereses del pueblo y que hoy se ufana de decir que el partido azul es el que ha dado las políticas mas sociales de la historia del país que piensa gobernar, Mockus el líder del partido verde, creado con no mas de un año de vida política, sin representación considerable en el congreso, es considerado por los académicos, medios y analistas “Light” como un genuino representante de un voto de opinión, cuando este ya ha mostrado visos de posturas neoliberales como cuando anuncio en su campaña de hace cuatro años que era necesario la tributación excesiva, la privatización de lo publico y las posturas poco flexibles frente acuerdos humanitarios.

Nótese entonces la mala interpretación del voto de opinión, pues este representa la opción del ciudadano que no deviene de una tendencia institucional, un voto libre de cualquier prebenda burocrática o dadiva en especial, que expresa la ideología del elector. El voto de opinión se convierte entonces la expresión conciente que hace el ciudadano mediante el procedimiento democrático, sin embargo en Colombia a lo que llamamos voto de opinión dista mucho de serlo, este texto tiene una única pretensión y es la de visibilizar la problemática de llamar algo que no lo es, el verdadero voto de opinión se concretaría si aceptáramos como ya muchos lo han hecho que ninguno de los candidatos satisface las exigencias de la sociedad sobre educación, empleo y reducción de la pobreza, deberíamos ejercer un verdadero voto de opinión en la urnas, votando en blanco, pero se que es una utopia, pues la educación política colombiana ha enseñado que el voto en blanco es igual a un voto perdido.

Alejandro Badillo Rodriguez

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